domingo, 7 de septiembre de 2014

La Sangre: Curiosidad y grupos sanguineos




La sangre

La sangre es un líquido viscoso y de color rojo que recorre el inte­rior de los vasos sanguíneos y el corazón. Su principal misión es la de transportar a todos los rincones del organismo el oxígeno y las diversas sustancias nutrientes.
La sangre consta de una porción líquida, el plasma, y de una porción celular formada por glóbulos rojos (eritrocitos o hematíes ), gló­bulos blancos (leucocitos) y plaquetas. Estas células están en con­tinua regeneración merced a un proceso denominado hematopo­yesis que tiene lugar básicamente en la médula ósea.


Funciones de la sangre

La sangre consta de una porción líquida, plasma, y de una porción célular formada por glóbul rojos (eritrocitos o hematíes), glóbulos blancos (leucocito plaquetas.

Las más importantes son las siguientes:

Transporte de oxígeno. El oxígeno es transportado por la hemo­globina contenida en los glóbulos rojos.

Transporte de sustancias nutritivas y reguladoras. La sangre transporta, disueltas en el plasma, sustancias nutritivas, como la glu­cosa o las vitaminas, y otras de tipo regulador, como las hormonas.

Transporte de sustancias de desecho. Los productos resultantes del metabolismo celular son transportados a través de la sangre hasta los órganos excretores: los pulmones, en el caso del dióxido de carbono, o los riñones, en el caso de las sustancias excretadas a tra­vés de la orina.

Defensa frente a la infección. Los leucocitos se encargan de dete­ner los posibles agentes externos que pueden invadir el organismo y causar enfermedades. Estas células están capacitadas para identi­ficar cualquier sustancia que no pertenezca al propio cuerpo, y poner en marcha una serie de procesos que tienden a destruirla o neutralizarla. Una vez que estas células han cumplido su misión sufren un proceso degenerativo, siendo esta destrucción celular la responsable de la formación de pus.

Coagulación. Es el proceso mediante el cual la sangre tiende a for­mar un coágulo. Este mecanismo tiene lugar gracias a las plaquetas y a una serie de sustancias llamadas factores de la coagulación, con­tenidos en el plasma. Constituye un mecanismo que impide que la sangre pueda verterse al exterior a través de las heridas


Regulación de la temperatura corporal. El cuerpo humano fun­ciona en condiciones óptimas a una temperatura cercana a los 37 °C. Cuando la temperatura ambiental es alta, los vasos sanguí­neos periféricos se dilatan y hay un mayor aflujo de sangre a las zonas superficiales del organismo, lo cual ocasiona una mayor pér­dida de calor. Cuando la temperatura externa es baja, los vasos san­guíneos se contraen, llega menos sangre a esas zonas, y las pérdidas de calor son menores.

Composición de la sangre

De manera genérica, la sangre está formada por dos componentes: plasma y elementos celulares o células propias.


PLASMA
El plasma es la parte líquida de la sangre. Si se centrifuga la sangre, puede verse cómo en poco tiempo los elementos celulares sedi­mentan en el fondo y queda un líquido amarillento sobrenadante: el plasma.
El plasma se compone fundamentalmente de agua, en la que se encuentran disueltos iones, glucosa, proteínas, vitaminas y muchas otras sustancias. Las proteínas contenidas en el plasma son de tres tipos:


Albúmina. Es una proteína muy abundante. Evita que el agua salga de los vasos sanguíneos a través de una fuerza de atracción llamada presión osmótica.
Globulinas. Son proteínas de las que existen tres tipos: alfa, beta y gamma. Las primeras se encargan de transportar sustancias y las otras dos tienen una importante función inmunológica: constitu­yen los anticuerpos, sustancias fundamentales en la defensa del organismo. Las globulinas gamma o gammaglobulinas pueden ser de diversos tipos (A, M, G, E, etcétera), y cada una está implicada en diversos procesos inmunológicos.


Fibrinógeno. Es una proteína cuya misión específica es participar en los mecanismos de la coagulación de la sangre, para lo cual debe ser activada por una serie de sustancias o factores igualmente con­tenidos en el plasma.


ELEMENTOS CELULARES DE LA SANGRE


La sangre contiene tres tipos de células: los glóbulos rojos, los gló­bulos blancos y las plaquetas. Representan aproximadamente el 40% del volumen sanguíneo. Este porcentaje se conoce como valor hematocrito. Todas estas células se producen en la médula de dife­rentes huesos del organismo.


Glóbulos rojos. También llamados hematíes o eritrocitos. Son unas células en forma de disco bicóncavo. No tienen núcleo y su tamaño es de unas 8 micras(l miera =lmilésima de milímetro). Existen de 4.500.000 a 5.500.000 de glóbulos rojos por milímetro cúbico de sangre. En su interior, los glóbulos rojos contienen hemo­globina, que es la molécula encargada de transportar el oxígeno y la que confiere el color rojo al hematíe. Una persona adulta tiene de 12 a 15 g de hemoglobina por cada 100 mi de sangre.


Glóbulos blancos. También llamados leucocitos. Son células nu- cleadas cuya misión es fundamentalmente defensiva. Puede haber entre 4.000 y 11.000 leucocitos por mm3 de sangre.
Existen diferentes tipos de leucocitos, que se distribuyen en tres series o estirpes: granulocitos, linfocitos y monocitos.
                      Granulocitos.
Leucocitos en banda, en cayado o no segmentados. Son células jóvenes de un solo núcleo que adopta una forma curva.
Leucocitos segmentados. Son células de 10-14 mieras de diámetro con un núcleo segmentado en varios lóbulos. Según la coloración que adquieren sus granulos con determinadas tinciones, se habla de neu- trófilos, basófilos o eosinófilos, con gránulos citoplasmáticos de color violáceo, negro purpúreo y rojo amarillento, respectivamente.
                      Linfocitos. Son células de aproximadamente 7-20 mieras. Una vez formados en la médula ósea, se sitúan en los ganglios linfáticos. Existen dos tipos: linfocitos T, que tienen un función inmunoló- gica celular, y linfocitos B, que se encargan de fabricar los anti­cuerpos (inmunoglobulinas).
                      Monocitos. Los monocitos son las células sanguíneas de mayor tamaño, que pueden llegar a alcanzar un diámetro de 16-22 mieras. Tienen también una función defensiva.



Plaquetas. En realidad no son células, sino partes del citoplasma de unas células gigantes de la médula ósea: los megacariocitos. Las plaquetas tienen sólo 3 o 4 mieras de tamaño y su misión principal es la de formar un tapón cuando se produce una hemorragia. Suele haber entre 140.000 y 450.000 plaquetas por mm3 de sangre.

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